viernes, 29 de marzo de 2024 06:32h.

10 reflexiones sobre los resultados anunciados por la mesa de diálogo; por Luis Vicente León

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1. Prometer algo que sabes que no puedes cumplir es desgastante. Mucho más si tu adversario también lo sabe. Crear falsas expectativas hace que los logros relevantes que sí pudiste obtener se invisibilicen. Y es que cuando te sientas a negociar en una mesa es porque esperas conseguir otras cosas, incluso algunas que en efecto conseguiste pero que ahora la gente no las percibe.

2. Era claro y evidente la imposibilidad de obtener un referendo o unas elecciones generales adelantadas en esta negociación política (al menos en esta etapa de la negociación). El gobierno nunca entregaría su cabeza. Menos bajo la “presión” teórica de si no acepta la elección hoy podría ser, quizás, maybe, pasado mañana.

3. Sí hubo logros importantes en la mesa de diálogo. Sin ellos sería imposible siquiera imaginar la posibilidad de equilibrar el CNE, desactivar la aberrante decisión del TSJ de inhabilitar a la Asamblea Nacional, liberar a algunos presos políticos o reelegir los diputados de Amazonas para rescatar la mayoría calificada. También es cierto que es una desgracia tener que negociar derechos que son tuyos o triunfos que obviamente obtuviste, ¿pero acaso no se trata de rescatar al secuestrado de un secuestrador? ¿Cómo lo rescatas sin pagar el rescate? El problema es que esos contados logros quedan escondidos detrás del ruido generado por una redacción inaceptable del documento de paz, que seguramente es sólo un sombra lejana de lo que el gobierno pretendía obtener y que (seguramente también) los divide, pero aceptar una redacción vaticana, aparentemente intermedia, resulta de todas maneras insultante para cualquier persona decente en Venezuela.

4. Hablar de boicot y agresión contra la economía es una manera light de llamar guerra económica a los resultados de un modelo económico malo y primitivo. Algo que encuentro desatinado, por decir lo menos. Así como llamar personas detenidas a los presos políticos es una puñalada contra ellos, contra sus familias y contra un país y un planeta entero que sabe perfectamente lo que pasa aquí.

5. Si a todo lo anterior le añadimos la falsa expectativa que se creó vociferando acciones heroicas que tomarían si no se lograba aquello que sabías que no se lograría, sólo puede obtenerse este manto de ruido infinito que ahora opaca las señales positivas. Y aunque la oposición obtuvo lo que podía en función de su poder de negociación actual, la redacción del acuerdo de paz fue demoledora con la imagen de la MUD.

6. Sobre los resultados concretos del acuerdo, conociendo los valores de la contraparte, habrá que decir como Santo Tomás: ver para creer. Si se logran concretar, serán claves para el cambio a futuro. Sin embargo, al menos a nivel perceptual, éste es un round que ganó el gobierno por knock-out.

7. Se vuelven a cometer errores relevantes de comunicación desde la oposición, que permiten que el ruido opaque todas las señales de avance, que sí existen pero se invisibilizan.

8. No habrá una negociación politica exitosa mientras la gente no se active en la defensa de sus derechos. No se trata de una marcha “final”, sino de una activación y organizacion social cotidiana. Una sociedad que entienda que tiene que luchar por sus derechos hoy y siempre. Una sociedad que descubra que ser mayoría sólo es relevante cuando la lucha es permanente, unida y en todos los espacios del país, donde cada uno participe desde su propia área de influencia. Y el objetivo de esa lucha diaria no puede ser cambiar a alguien, sino cambiar algo. Y ese algo puede tomar tiempo.

9. Más allá de los errores, que sin duda los hay, hoy atacan a los negociadores por sus logros limitados. Sin embargo, resulta que la alternativa planteada por quienes más duro atacan podría ser peor. ¿Ir a Miraflores y sacar a Maduro? ¿Con qué? ¿Cómo pasar las barricadas que te van a poner tan pronto lo anuncies? ¿Cuántas armas tienes? ¿Cuánta gente realmente saldría, no para una marcha pacifica sino para batirse a tiros contra un poder que se defenderá? Y en caso de llegar hasta Miraflores, ¿quién hará el trabajo de sacar a Nicolás Maduro? ¿Quién hará aquello que alguna vez hicieron algunos militares contra Hugo Chávez y que ahora no luce ni cerca de ocurrir? Pero incluso si se lograra, ¿quién gobernaría de acuerdo con esa Constitución que dices estar defendiendo? Porque lo que dice allí es que sería el Vicepresidente y al menos a mí me queda bastante claro como se llamaría cualquier otra cosa distinta a ésa. ¿Pero y si esa marcha “final” se devuelve sin nada? ¿Qué sentirá la gente que hoy esta frustrada por una negociación que algo ha logrado?

10. Esta lucha será larga y difícil. Y no tiene sentido autoflagelarse. Al revés: lo interesante sería valorar cada paso logrado, aunque no sea el último. En vez de iniciar una cayapa inútil y suicida contra los negociadores (quienes equivocados o no han hecho su mejor esfuerzo para conseguir algo concreto mientras otros hablan de opciones abstractas e inalcanzables), sería más útil entender las nuevas oportunidades abiertas en esta negociación y ayudar a la MUD en el enorme reto que viene ahora: ejecutar esos acuerdos que para nada están garantizados y por los cuales habrá que seguir luchando y presionando. Quizás en esa nueva etapa los mediadores podrían terminar entendiendo lo que la mayoría de los venezolanos entendemos desde hace rato sobre la seriedad y los valores democráticos de quien promete hacer lo que la ley obligaba a hacer desde el principio. Pero ahora, justo en este punto, mientras más dividida esté la oposición y más agresivas sean las pugnas internas, más larga y difícil será la lucha.