jueves, 18 de abril de 2024 06:18h.
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Análisis/Opinión/Denuncia

Eros, crimen y poder; por Federico Vegas

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Al principio fue un hombre sin ningún poder. Era un prisionero que manifestaba su rendición y absoluta responsabilidad por la derrota. Otros lo habían hecho bien, él no. Su único argumento era una apuesta al futuro y esa fuerza misteriosa que nadie sabe de dónde viene y cómo se conduce: el erotismo. Eros exhibe sin pudor que la manera de conseguir siempre lo que se quiere es jamás sentirse satisfecho y ha quedado reseñado en la mitología como irresponsable e incontenible, y ciertamente había algo seductor en la estampa de aquel teniente coronel, el jefe de una quimera, y en su verbo obsesionado y lleno de veladas promesas.